El
diagnóstico de piocolecisto es difícil. Hay que integrarlo de acuerdo con los
antecedentes del paciente; a menudo se relaciona con historia de compromiso
inmunológico, estrato socioeconómico bajo, cuadros recurrentes de cólico biliar
e incluso de colangitis aguda. En los hallazgos clínicos hay que buscar datos
de respuesta inflamatoria sistémica, así como datos locales de irritación
peritoneal, además de tener una alta sospecha al encontrar un cuadro de colecistitis aguda, moderada o severa; grado II o III respectivamente (Tokyo Guidelines. J Hepatobiliary Pancreat Surg 2007)
Colecistitis aguda Grado I
a) Paciente saludable sin disfunción orgánica
b) Cambios inflamatorios leves en la vesícula biliar
Colecistitis aguda Grado I
a) Paciente saludable sin disfunción orgánica
b) Cambios inflamatorios leves en la vesícula biliar
Colecistitis
aguda Grado II
a) Duración de la sintomatología por más de 72
horas
b) Plastrón en hipocondrio derecho
c) Inflamación local importante
d) Leucocitosis (mayor a 18,000)
Colecistitis
aguda grado III
a) Disfunción cardiovascular (hipotensión, la
cual requiere uso de dopamina a dosis alfa o beta; necesidad de dobutamina)
b) Déficit neurológico
c) Disfunción respiratoria (Pa02/Fi02 menor a
300)
d) Disfunción renal (oliguria o creatinina mayor
a 2)
e) Disfunción hepática (INR mayor a 1.5)
f) Disfunción plaquetaria (Plaquetas menores a
100,000)
Las
complicaciones de la colecistitis aguda, en especial el piocolecisto, son un
reto diagnostico aun con la gran calidad de estudios de imagen disponibles y la
amplia gama de laboratorios disponibles. Al presentarse estas, con formas
atípicas, retrasan el tratamiento definitivo y elevan la morbilidad como la
mortalidad, y los costos de la atención médica. En la mayor parte de los casos
se transforman en colecistectomías difíciles o incluso ¡Imposibles!, aumentando
el riesgo de lesión de la vía biliar, lesiones vasculares importantes y daño a
vísceras huecas.
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