Los opioídes
solían ser el medicamento de elección para tratar el dolor de los pacientes
sometidos a cirugía. Ahora, algunos funcionarios de los hospitales están
intentando hacer que esos pacientes sean operados sin haber recibido ninguna de
las drogas altamente adictivas, enfocándose en alternativas menos o incluso no adictivas.
Históricamente, los pacientes recibían opioídes intraoperatoriamente, en la
sala de recuperación y en hospitalización a medida que se recuperaban, y cuando
eran dados de alta. Recientemente, muchos sistemas de salud han lanzado
iniciativas encaminadas a reducir la cantidad de opioídes que reciben los
pacientes durante su atención, y se han enfocado en mejorar las prácticas de
prescripción dentro del departamento de emergencias, así como en los
consultorios dentales y de atención primaria a la salud, quienes tradicionalmente
contabilizan casi la mitad de todas las prescripciones en U.S.
Pero un
número creciente de hospitales y sistemas de salud han comenzado a examinar
vías alternativas para reducir la potencial sobre prescripción entre los
cirujanos. Sin embargo, para hacerlo, requiere cambiar prácticas y protocolos,
los cuales han sido ampliamente aceptados durante décadas, hasta reconocer a los
opiáceos como el medicamento de primera elección para el manejo de dolor
posoperatorio. Un estudio publicado en noviembre aborda el problema de la sobre
prescripción entre los cirujanos. Encontró que ellos prescriben opioides por
cerca de cuatro veces más que los pacientes actualmente utilizan y que la
cantidad de opioides prescritos estaban asociados con el consumo más alto de
los pacientes de tales drogas. Martin dijo que el esfuerzo de Geisinger, en
general limita el uso de opioides y ha guiado una descenso dramático en su
prescripción en el sistema de salud, con un recorte del número de
prescripciones de opioide en casi la mitad de 60,000 mensual en 2014 a 31,000
mensual actualmente. El pasado noviembre, el sistema lanzó un programa para
introducir mejores prácticas sobre la prescripción de opioides para más de 40
procedimientos quirúrgicos con el objetivo de implementarlo en más de 100
procedimientos electivos para finales del 2019. La meta clave del programa ha
sido eliminar el uso de opioides completamente para el manejo del dolor
posoperatorio. Los pacientes podrían recibir una combinación de bloqueo
nervioso durante la anestesia y una combinación de medicamentos no opioides como
acetaminofén, ibuprofeno, ketamina y lidocaína para manejar el dolor durante la
recuperación. Aunque el programa también se enfoca sobre el manejo de los
niveles nutricionales de los pacientes antes de la cirugía, los cuales, dijo
Martin, aceleran el proceso de recuperación posoperatoria. Leer más
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