El
centro de tratamiento con protones del Hospital General de Massachussets (HGM) utiliza
haces de protones para irradiar tanto tumores benignos como cáncer. Este tipo
de tratamiento aprovecha al máximo las dosis de protones y minimiza la descarga
sobre los tejidos sanos circundantes. Todo comenzó en la década de los 60´y 70´
del siglo pasado, cuando los pioneros, neurocirujanos y oncólogos del HGM,
trabajando en el laboratorio Cyclotron de Harvard, descubrieron por primera vez
en el mundo como aprovechar el extraordinario comportamiento mostrado por los
protones de alta energía para el cuidado médico, un fenómeno conocido como el
pico de Bragg. Al utilizar protones en lugar de rayos x convencionales, los
médicos podrían dosificar radiación de una manera más directa y precisa sobre los
tumores y células cancerosas, lo que causaría menos daño a los tejidos sanos
circundantes.
El MGH
es uno de los primeros hospitales en el mundo en establecer su propio centro de
tratamiento basado en protones, pasando del tratamiento de pacientes en un
entorno experimental al moderno centro de tratamiento con protones Francis H.
Burr. Desde el 2001, miles de adultos y niños han recibido un tratamiento
altamente personalizado y basado en equipo, con avances en imagen y tecnología
que hacen que el tratamiento con haces de protones sea cada vez más preciso.
¿Cuáles
son los principios de l terapia con haces de protones?
Las lesiones
de formas irregulares cercanas a estructuras críticas, tumores en niños, y
grandes tumores cercanos a cualquier órgano crítico son lesiones adecuadas para
esta modalidad de tratamiento. Los protones tienen una ventaja física sobre los
rayos gama y rayos X cuando se trata de preservar el tejido normal. Los protones
depositan la mayoría de su energía radiactiva en lo que es conocido como Pico
de Bragg, el cual ocurre en el punto de más grande penetración de los protones
en los tejidos. La profundidad exacta que penetran los protones, y en el cual
ocurre el pico de Bragg, es dependiente de la energía o modulación del haz de
protones. Esta energía puede ser controlada de una manera muy precisa para
colocar el pico de Bragg dentro del tumor u otro tejido que sea etiquetado para
recibir la dosis de radiación. Debido a que los protones son absorbidos en este
punto, los tejidos normales circunvecinos reciben escasa o nula radiación. Los
tumores pueden tener formas irregulares, y pueden estar localizados cerca de
órganos críticos. La forma, el tamaño y la localización de los tumores en todos
los pacientes son únicos. El hardware es específico para cada paciente, el cual
ayuda a modelar el haz de protones, es personalizado para maximizar la dosis al
tumor mientras que se minimiza la radiación a tejidos normales. Así mismo, la formación
del haz de protones también puede ser controlada por un escáner magnético a través
del volumen tumoral. Finalmente, apuntar los haces de protones, cada uno con
una configuración de campo personalizada, asegura que la radiación a tejidos
normales se reduzca tanto como sea posible. Leer más...
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