viernes, 17 de octubre de 2014

Aprender a decir no

No es no, y hay una sola manera de decirlo: no. Sin admiración, sin interrogantes ni puntos suspensivos. No, se dice de una sola manera: es rápido, corto, monocorde, sobrio y escueto. Se dice una sola vez, con la misma entonación. Un no que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, o con nuestra almohada; NO es un no. Un no que necesita de explicaciones justificadoras NO es un no. Un no; no tiene brevedad, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas. ¡NO! aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba. un no; es el último acto de dignidad, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes. Un no; no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con simbolos devueltos, ni con pena, aun menos con satisfacción. No; es no. Cuando el no, es no; se mirará a los ojos, y el no se descolgara naturalmente de los labios. La voz del no, no es trémula, vacilante ni agresiva, no deja lugar a dudas. Ese no, no es una negación del pasado; sino una corrección del futuro. Solo quien sabe decir NO; sabe decir SI.

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