Sucedió a los
periódicos. Sucedió a las
revistas. Sucedió a los libros. Ahora que está sucediendo a la
educación superior: otra industria arrojada en la confusión y el shock debido a
que su modelo de negocio ha sido anulada por el Internet. Hace quince o 20
años, la industria de la prensa estaba despertando ante las implicaciones que
representaba pasar a una modalidad en línea. Al
principio, esas implicaciones parecían milagrosas. Todos los periódicos ya estaban más o
menos monopolizados en ciudades de Estados Unidos. Con la modalidad en línea, algunos de
sus mayores gastos - para la impresión, para la entrega, para el papel mismo -
estaban a punto de desaparecer. Algo no idéntico pero similar está por suceder
a la vuelta de la esquina con el prestigio de la industria de la educación
superior. Ha comenzado con una verdad incómoda: el prestigio de un título
universitario de una Institución de prestigio no viene de graduarse, sino de
conseguir un título en una Institución a la que casi nadie tiene acceso. Para
mantener su prestigio, estas universidades deben limitar el número de personas
que ingresan a sus aulas. Pero ahora les será mucho más difícil, por ejemplo,
para Yale, explicar a la comunidad lo que ofrece por todo el dineral que cobra,
sin mencionar el pedazo de papel que dice que estudió en Yale. Leer mas
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