La colecistitis, es la inflamación de la vesícula biliar. Generalmente es causada por litos que obstruyen su drenaje, y ocasionalmente por microorganismos.
Es
más frecuente en mujeres, especialmente en aquellas con más de 40 años. Existen
factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad, como la obesidad,
el embarazo, los anticonceptivos orales, la terapia hormonal, historia familiar
de cálculos en la vesícula, rápida pérdida de peso, diabetes mellitus. Otros
factores son la dislipidemia, la nutrición parenteral,
enfermedades del íleon, enfermedades hepáticas y metabólicas.
Los
pacientes suelen presentarse en urgencias con dolor en el cuadrante superior
derecho del abdomen, acompañado de náusea y vómito. A la exploración física presentan
dolor a la presión de hipocondrio derecho, resistencia muscular y signo de Murphy positivo. En etapas
avanzadas, el abdomen puede estar distendido o con datos de irritación
peritoneal e incluso palparse una masa en hipocondrio derecho denominada
plastrón. Además; el paciente puede presentar signos de afectación sistémica
como fiebre, taquicardia, taquipnea
e hipotensión.
De
acuerdo a la afectación a otros órganos; la colecistitis aguda se clasifica en
tres grados:
Grado I.
leve
Colecistitis
aguda en un paciente saludable sin disfunción orgánica, solo cambios
inflamatorios de la vesícula biliar.
Grado II.
Moderada
a) Colecistitis aguda
b) Masa palpable en topografía vesicular
c) Inflamación local (peritonitis, absceso
peri vesicular, enfisema)
d) Leucocitosis
mayor de 18 mil
Grado III.
Severa
a) Disfunción cardiovascular (hipotensión que
requiere dopamina o dobutamina)
b) Disfunción neurológica (disminución del nivel
de conciencia)
c) Disfunción respiratoria
d) Disfunción renal (Oliguria, creatinina
mayor de 2)
e) Disfunción hepática (TP-INR mayor de 1.5)
f)
Disfunción hematológica (plaquetas menores de 100 mil)
En
relación a los estudios auxiliares para el diagnóstico, NO existe un examen de
laboratorio específico para esta enfermedad. Los estudios de laboratorio como
la química sanguínea (creatinina), las pruebas de función hepática
(bilirrubinas), el tiempo de protrombina y la amilasa sérica se utilizan para
valorar la gravedad de la enfermedad. Los estudios de imagen como el ultrasonido y
el centellograma biliar ayudan a confirmar el diagnóstico.
El
estudio de imagen de primera elección es el ultrasonido, que puede reportar
datos como: engrosamiento de la pared vesicular más de 5mm, líquido peri
vesicular, litos en el interior de la vesícula, sombra sónica posterior,
alargamiento de la vesícula y signo de Murphy ultrasonográfico.
Ante
un reporte negativo del estudio de imagen, debe pensarse en otras enfermedades
como úlcera péptica, hepatitis, colangitis, absceso hepático, tumor hepático,
cólico renal, pielonefritis, pancreatitis, entre otros.
Cuando
el paciente se presenta con dolor agudo, el manejo médico consiste en ayuno,
soluciones parenterales, analgésicos tipo antiinflamatorios no esteroideos como
el diclofenaco, y si no cede el dolor puede utilizarse narcóticos como la
meperidina. Se recomienda un antibiótico en el caso de la colecistitis leve, y
doble esquema para los grados II y III. El
tratamiento definitivo es quirúrgico, se realiza la colecistectomía, que puede
ser abierta o por vía laparoscópica; siendo la colecistectomía laparoscópica
temprana el tratamiento de elección.El
tratamiento médico y quirúrgico de la colecistitis depende de la gravedad de la
enfermedad.
Colecistitis grado I. Colecistectomía
temprana por vía laparoscópica
Colecistitis grado II.
Manejo médico para que disminuya la inflamación, y una vez resuelto el cuadro,
colecistectomía temprana por vía laparoscópica.
Colecistitis grado III.
Manejo médico para que disminuya la inflamación, manejo de la falla orgánica
múltiple, y una vez estabilizado el paciente; colecistectomía abierta.
Las
complicaciones para la colecistectomía abierta son infección de la herida,
sangrado intraperitoneal, trombosis, atelectasia; y para la colecistectomía por
vía laparoscópica son lesión de las vías biliares, lesión de intestino y lesión
de hígado. Existen factores que dificultad el procedimiento por vía
laparoscópica como sexo masculino, cirugía previa de abdomen, presencia o
antecedente de ictericia, y colecistitis grado III. La
colecistectomía por vía laparoscópica se prefiere porque ofrece menor morbilidad
y mortalidad, menos días de hospitalización y el paciente en pocos días puede
regresar a sus actividades.
Finalmente; para prevenir
complicaciones, nunca se debe dudar en convertir un procedimiento por
laparoscopía en una colecistectomía abierta.
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